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Nuestra historia

SOFESA nació de la experiencia profundamente personal de Jessica Echeverry, cuya infancia estuvo marcada por la inestabilidad, el miedo y una profunda sensación de aislamiento. De niña, sufrió abuso sexual, agresión y violación. Su entorno familiar era disfuncional y carecía de apoyo. A los 14 años, comenzó a huir de casa. A los 16, se encontró embarazada y sin tener adónde ir. Jessica vivió algunas de las circunstancias más difíciles imaginables, incluyendo los horrores de vivir en un prostíbulo y casa de drogas siendo una adolescente embarazada. Para tener un lugar seguro donde vivir, tuvo que prometer dar a su bebé en adopción. Tras perder a su primogénito por una adopción forzada, cayó en una profunda depresión y volvió a la calle. Se dejó llevar por completo por el estilo de vida y la economía de la calle y se vio involucrada en actividades ilegales y muy oscuras. A los 18 años, quedó embarazada de nuevo. Esta vez, escuchó las voces oscuras y creyó que lo mejor que podía hacer por su hijo era abortar; así lo hizo. Explica que antes de su aborto, deseaba vivir sin importar sus circunstancias. Pero después, lo único que quería era morir. El dolor era insoportable. Intentó suicidarse a los 18 y a los 19 años. Dejó de intentarlo y se hundió aún más en la vida callejera. A los 21, embarazada y tras ser brutalmente golpeada por su novio, terminó en urgencias frente a una enfermera que le salvó la vida. Convencida de dejarse ayudar por la enfermera, Jess se liberó de su agresor, recuperó su apartamento y recibió apoyo total de los servicios sociales. Dio a luz a su tercer hijo, al que llevó a casa en una silla de auto donada en un taxi. Cuenta que el gobierno le pagaba el alquiler, le llenaba la nevera de comida y le proporcionaba todo lo necesario para llevar a su bebé a casa. Aprovechó esa ayuda para su verdadero propósito y, en los dos años siguientes, dejó de depender de la asistencia social y logró ser completamente autosuficiente.

Gracias al poder de las relaciones significativas y al apoyo incondicional de quienes la acompañaron, Jessica pudo reconstruir su vida. Rompió el ciclo de la indigencia y la pobreza, convirtiéndose en un faro de esperanza para otras personas en situaciones similares.

Los primeros esfuerzos para ayudar a las personas sin hogar comenzaron en 1999, cuando Jessica sintió el llamado de volver a las calles para simplemente ser su amiga, pues sabía lo que se sentía. Tras conocer en 2006 a una madre sin hogar y a su bebé de nueve meses, y con el gran apoyo de amigos, familiares y la comunidad local, Jessica fundó SOFESA para compartir con otros el poder transformador del apoyo relacional que ella misma había experimentado. En particular, para acompañar a las familias sin hogar y ayudarlas a permanecer unidas en sus momentos más vulnerables, especialmente a las madres y sus bebés. A lo largo de los años, Jess ha compartido constantemente que la falta de vivienda no se trata solo de encontrar un hogar, sino de sanar las profundas heridas emocionales, físicas y espirituales que conlleva. Hoy, SOFESA continúa con la visión de Jessica: sanar la falta de vivienda a través de relaciones saludables a largo plazo, atención integral y la participación de la comunidad local.

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En SOFESA creemos que la historia de cada persona importa.

No por un final o un “éxito” que alcanzar, sino porque cada vida posee dignidad y valor en este preciso instante. Las familias a las que servimos no se definen por circunstancias, resultados ni etiquetas. Compartimos sus historias con cuidado e incluso con cierta reticencia, porque nuestra esperanza no es inspirar una inversión únicamente en resultados, sino en relaciones : relaciones que honren a la persona en su totalidad, sin importar en qué etapa de la vida se encuentre. Cada historia es un atisbo de la verdad que atesoramos: todos merecemos dignidad, respeto y amor, hoy y siempre.

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Lizbetd’s Transformation

Lizbetd sufrió un trauma infantil adverso. Con tan solo 6 años, presenció cómo su hermano mayor era asesinado a tiros por pandillas en las calles de Los Ángeles. A los 14 años, se rebeló y vivió en la calle. Luchó contra una adicción a la metanfetamina y estuvo sin hogar durante 11 años. Durante ese tiempo, tuvo seis hijos, algunos bajo su custodia y otros fuera de ella. Ingresó en un centro de rehabilitación residencial y conoció a SOFESA a través de nuestro programa navideño anual para familias necesitadas. Ganó nuestro sorteo de un auto, lo que la ayudó a tener éxito en su programa y a lograr la estabilidad suficiente para encontrar y mantener una vivienda. Gracias a SOFESA, encontró un camino hacia la estabilidad a través de relaciones de apoyo sanas y duraderas, tiene la custodia completa de sus hijos y trabaja para SOFESA como defensora familiar, ayudando a otros a superar los desafíos que ella enfrentó.

La historia de Elsie

Elsie, al igual que Jessica, huyó de una situación de abuso que ponía en peligro su vida junto con sus cuatro hijos y encontró refugio gracias al Programa de Asistencia de Emergencia de SOFESA. Con acceso inmediato a alojamiento, comida y apoyo emocional, Elsie pudo salir adelante. Como primera residente de nuestra segunda propiedad de Hope House, ella y sus hijos tienen una vivienda permanente desde enero de 2022. Tiene un empleo de tiempo completo y sus hijos están a salvo y permanecen juntos como familia.

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Compartimos historias no para destacar resultados.

pero para recordarnos que toda vida es digna de amor en este preciso momento.

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Larry y Ellie Historia

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